¿Quién no se sintió alguna vez observado por un auditorio celeste? ¿Quién no ha realizado alguna vez una acción solo para los ojos de un observador ausente?
“Sobre durmientes y jugadores” plantea una alter-realidad basada en la concepción de lo que el autor llama la “otredad” (cualquier agente no perteneciente al ser en su acepción más egocéntrica), como una percepción variable de acuerdo a pautas que el propio ser dispone al crear su “mapa de lo real”. Más allá de las ventajas de la simple visualización que proponen otros libros de este tipo, lo que “Sobre durmientes y jugadores” ofrece es plantear “lo real” como un programa que siempre se apega a un corpus de reglas. Al conocer estas reglas se está más cerca de cambiar el universo de lo percibido para llevar al ser a un estado más elevado de consciencia. Lo que el autor llama “el despertar del alma”, no es el Nirvana oriental, ni es la visualización de libros como “El secreto” o “El método Silva”.
El autor establece un parámetro para comenzar a percibir “lo real” desde un punto de vista lúdico. La vida (desde esta.
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